"... Hoy en día anda El Silbón no con el saco de huesos, sino anda recogiendo aplausos premios y reconocimientos, en todo este suelo patrio y hasta en suelos extranjeros, dándole a mi Guanarito pueblo gentil y sincero, el renombre que merece como símbolo llanero..."

(Extraído de SEMBLANZA POETICA, dedicada a Dámaso Delgado por Eugenio R. Molina)

viernes, 1 de abril de 2011

El Silbón en audio


Este es el llano... Abierto..., inmenso...! Horizonte extendido por caminos polvorientos... Tierra generosa, donde la leyenda es copla y donde la copla es sabana!
Portuguesa, Barinas, Cojedes, Guárico, Apure forman nuestro inmenso llano con sus sabanas inmensas y pajonales abiertos, con sus arrieros de versos, con baquianos de la conversa...
..."Salud, amigo ¿pa' onde va poray...?
Siempre llano...! Con su pregunta escueta a veces tímida, a veces bravía, retadora, andariega... Y sobre ese llano, el llanero, con la voluntad por delante y la copla pasitrotera espigándole en el alma para adornar el camino, la jornada: "Allí mismo...", "más allá..."
Y el corrí se hace presente en los bailes... Y la leyenda va polvoreando caminos... Camino largo..., trocha honda..., ferronal reseco... Siempre llano...! Y por ahí anda, de boca en boca, con su característica escalofríante:
- "Epa, compañero, pero eso fue cierto...?
- "Sí, compa, ciertico!; dicen que nación en Guanarito, o en Bijae...; lo cierto es que en Portuguesa y Barinas se ha criao..., y Cojedes lo ha visto pasá..."
Llano inmenso..., de pecho abierto y corazón sencillo, que nunca termina de decir lo que lleva por dentro...
Por eso he querido recoger en este álbum a una de las más ricas y genuinas leyendas de los llanos portugueseños y barineses, como lo es ésta de El Silbón.
Me he dado a esta tarea, seguro que es mismo pueblo llanero - que es también mi pueblo - sabrá sentirse plenamente identificado con el contenido de esta obra, que no es otra cosa que un pedazo de él mismo, impregnado de su propio sentir, costumbres y creencias.
El Silbón es un espanto de sabana, que persigue y asombra a las mujeres solas y a las que están en estado de gravidez - cuentan que hasta las asesina, para descansar en el alma inocente de sus criaturas - pero, mas perticularmente, el Silbón persigue y selecciona a aquellos hombres parranderos que tienen por costumbre abandonar a sus mujeres para marcharse a bailes y parrandas, regresando a sus hogares a altas horas de la noche, o al día siguiente... Esto podría parecer una contradicción: pero es así como lo pinta la creencia popular.
No se sabe exactamente el origen de El Silbón; unos dicen que nació en Guanarito, otros que en Bijao, otros , que más allá... Con respecto a lo genuino de su leyenda, el pueblo comenta que es el ánima en pena de un hijo que mató a su padre para comerle la azadura y que, maldecido por la madre, fue condenado a vagar eternamente sin descanso por parajes y caminos solitarios.
El notable periodista y doctor en derecho Rafael R. Gavidia, hombre constantemente preocupado por el estudio de nuestro Folklore y taltento, inquieto por remover y rescatar estos valores escondidos en los cimientos de nuestro pueblo (a él debo importantes datos que me fueron sumamente útiles para la elaboración de esta obra), con relación al Silbón, ha logrado recopilar, ente otras cosas, lo siguiente: "No atraviesa el río Apure, porque el agua le da por la cintura y se le moja la mochila de huesos"..., lo que revela claramente que según el dicho popular éste es un espanto exclusivo de las llanuras de Portuguesa, Barinas y Cojedes...
Cuentan que, en las noches oscuras, cuando el relámpago ilumina la extensidad de la sabana y los aguaceros areccían inclementes, por todo lo ancho del llano, se siente llegar hasta el alero de los ranchos y deja caer la mochila de huesos sobre el suelo, para acampar allí los aguaceros.. Y cuando cesa la lluvia, lo oyen que levanta el saco de huesos - su eterno cargamento - y, dejando escuchar su escalofriante silbido, se aleja..., camina largo..., noche oscuta, trocha sin rumbo.
Así es el llano..., surco abierto poblado de leyenda, donde aquel "más allí..." o "más allá..." va siempre acompañando del enigma: "tenga cuidado...., allá alante..., al pasar aquella mata..."
Tierra hermosa, donde el "cuatro", la soga, la novia y la copla forman parte del alma misma - supersticiosa o no- del hombre que allí se forma y por allá muere, "como todas las cosas de la sabana".

Escrito por: Don Dámaso Delgado

No hay comentarios:

Publicar un comentario